quarta-feira, 22 de fevereiro de 2023

EL JUICIO FINAL



EL JUICIO FINAL

El Espíritu Santo de Jesucristo es quien nos enseña sobre el Juicio Final.

Conoce el Espíritu Santo de la Verdad; El Espíritu Santo de Jesucristo leyendo nuestras revelaciones:

https://revelaespiritosanto.blogspot.com/2023/01/la-venganza-del-dios-de-los-vivos-en-13.html

https://livrodoespiritosanto.webnode.com.br/capitulo-7-espanol/

Comprende al Espíritu Santo de verdad; Y de la Verdad, leyendo estos versículos de la Sagrada Escritura, a continuación:

Pero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, el Espíritu de Verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí. João 15:26;

Pero cuando viniere aquel Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará de sí mismo, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que han de venir. João 16:13;

Al Espíritu de Verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque permanece con vosotros, y será en vosotros. João 14:17.

Por tanto, el Espíritu Santo de Jesucristo es el Consolador, el Espíritu de verdad y da Verdad, que nos guía a toda la verdad. El mundo no lo sabe, pero quien se compromete a vivir el testimonio del amor de Dios Padre, según Jesucristo, lo recibe y lo sabe.

Así, si aceptáis vivir según el testimonio del amor de Dios Padre, es porque el Espíritu Santo de verdad y Verdad está educando vuestro ser.

Es en posesión de esta conciencia que me pongo a disposición del Espíritu Santo de la Verdad para hablar del Juicio Final.

El Juicio Final es un tiempo en el futuro donde los seres humanos vivos serán transformados y arrebatados; y los muertos resucitarán; unos para volver con Jesucristo a la Casa Celestial; otros para continuar en la oscuridad con el Dragón. Mateo Mateus 24:29-31; Marcos Marcos 13:24-27; 1 Tesalonicenses 1 Tessalonicenses 4:15-18; 1 Corintios 1 Coríntios 15:51-57; Apocalipsis Apocalipse 20:11-15.

Si no ha leído ninguna de nuestras revelaciones sugeridas, hablaremos sobre el Dragón a lo largo de esta revelación.

De lo que hablábamos antes, entendemos entonces que si habrá un juicio final es porque antes hubo un juicio inicial.

Este juicio inicial, el Espíritu Santo de la Verdad, usando las escrituras, nos enseña lo siguiente: Antes de la fundación del mundo, los seres vivían en el amor del Padre Celestial. Efésios 1:3-14.

Bendito el Dios y Padre del Señor nuestro Jesús Cristo, el cual nos bendijo con toda bendición espiritual en bienes celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en caridad; el cual nos señaló dede antes el camino para ser adoptados en hijos por Jesús, el Cristo, en sí mismo, por el buen querer de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado;
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia, que sobreabundó en nosotros en toda sabiduría e prudencia, descubriéndonos el misterio de su voluntad, por el buen querer de su voluntad, según lo que se había propuesto en sí mismo, de restaurar todas las cosas por el Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En él digo , en quien asimismo tuvimos herencia, quien nos señaló desde antes el camino conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad, para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en el Cristo.
En el cual esperásteis también vosotros oyendo la Palabra de Verdad, el Evangelio de vuestra salud; en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la Promesa, que es las arras de nuestra herencia, para la redención de la posesión adquirida para alabanza de su gloria.
Efésios 1:3-14.

Y nosotros hemos conocido y creído la caridad que Dios tiene en nosotros. Dios es caridad (Dios es Amor); y el que permanece en caridad, permanece en Dios, y Dios en él. 1 João 4:16.

El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es caridad (Dios es Amor).1 João 4:8.

Para que sepáis lo que es vivir en el amor del Padre Celestial, basta comprender el testimonio de Jesucristo, que prueba, en la cruz, el amor de Dios Padre Celestial por nosotros. E Jesús e o Pai são um, como se ve:

Yo y el Padre una cosa somos. João 10:30;

El que me ha visto, ha visto (también) al Padre João 14:9.

Así, antes de la fundación del mundo, vivíamos en la luz y el amor de Dios Padre, testimoniados por Jesucristo con su vida.

Y es para que sigamos viviendo en esta luz y este amor, que disfrutamos antes de la fundación del mundo, que el Padre Celestial, vino en la persona de Jesucristo, para ofrecernos la redención. Como dice la palabra:

Dando gracias al Padre que nos hizo dignos para participar en la herencia de los santos en luz; que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo,
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados.
Colossenses 1:12-14.

Por lo tanto, Jesús es el buen regalo y el regalo perfecto que vino de lo alto para redimirnos.

Toda buena dádiva, y todo don perfecto es de lo alto, que desciende del Padre de las lumbres, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación.Tiago 1:17.

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en caridad; Efésios 1:4.

Así, antes de que existiera el mundo, el amor reinaba supremo en la casa del Padre Celestial.

Pero uno de los hijos del Padre Celestial deseaba el conocimiento del bien y del mal. Y trajo consigo, por la fe, a la tercera parte de los ángeles celestiales a las tinieblas. Es lo que nos enseña el Espíritu Santo de la Verdad desde Apocalipsis Apocalipse 12:3,4, que dice:

Y apareció otra señal en el cielo: y he aquí un grande dragón bermejo, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. Y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo, y las echó en tierra Apocalipse 12:3,4. Estrellas son los ángeles Apocalipse 1:20.

Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, que es la serpiente antigua, que es llamado diablo y el Satanás, el cual engaña al mundo entero; y fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron derribados con él. Apocalipse 12:9.

Pues bien, entended por el poder del Espíritu Santo de la Verdad, que si la tercera parte de los ángeles vino con el dragón a las tinieblas, eso quiere decir que las dos terceras partes quedaron en la casa celestial, continuando en el amor y la luz de Dios Padre.

Así, Jesucristo es la imagen de Dios Padre Celestial, que aquí en la oscuridad, representa para nosotros, esas dos terceras partes de los ángeles, que permanecen en luz, paz y amor, en armonía en la casa celestial.

Por eso Jesucristo dice:

Padre justo, el mundo no te ha conocido, mas yo te he conocido; y éstos han conocido que tú me enviaste;
y yo les he manifestado tu Nombre, y lo manifestaré aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
João 17:25,26.

Ahora pues, Padre, clarifícame tú cerca de ti mismo de aquella claridad que tuve cerca de ti antes que el mundo fuese. João 17:5.

De esta forma, antes de que existiera el mundo que conocemos, hubo un juicio inicial, donde el Dragón y sus ángeles, entre ellos nosotros los seres humanos, se alejaron de la convivencia de la casa del Padre Celestial.

Y es a partir de este juicio inicial que llegamos a vivir y depender del Dragón; que una vez en la oscuridad comienza la fundación del mundo que conocemos.

Con la fundación de este mundo tal como lo conocemos, perdemos el conocimiento de la casa celestial. Y ahora, el trevas, o Dragão, se convierte para nosotros en la persona de Dios Criador del bien y del mal.

Y el Creador del bien del mal, en Génesis, usando la vida humana para contar su historia, en forma de parábolas, comienza su defensa ante el Padre Celestial.

Como dice textualmente:

Masquil de Asaf. Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. Abriré mi boca en parábola; hablaré enigmas del tiempo antiguo. Las cuales hemos oído y entendido; que nuestros padres nos las contaron.
No las encubriremos a sus hijos, contando a la generación venidera las alabanzas del SEÑOR, y su fortaleza, y sus maravillas que hizo.
Salmos 78:1-4.

Con la persona del Creador vino también la persona de nuestro Salvador.

Y así, por la fe, el Creador atrajo a la tercera parte de los ángeles del cielo a su experiencia del conocimiento del bien y del mal en la oscuridad. Asimismo, Jesucristo, por la fe, debe convencernos de que regresemos a nuestro hogar celestial en la luz.

Así tenemos que Adán fue el primer ser humano en tener en sí mismo la semilla de nuestra salvación, Jesucristo. Adán es el padre de la humanidad tal como la conocemos.

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán en alma viviente; el postrer Adán, en Espíritu vivificante.
Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual. El primer hombre, es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es el Señor, del cielo. Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.
Y como trajimos la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
1 Coríntios 15:45-49.

Con la historia de Adán y Eva, el Creador comienza sus parábolas.

Se convierte para la humanidad en la persona de Dios Padre. Y busca, por las injusticias que practica contra sus criaturas, demostrar que Dios, el Padre celestial, ha sido injusto con él y sus ángeles caídos.

Por eso comienza la historia de Adán y Eva, colocando una serpiente en el paraíso para probar a sus hijos; Una fruta envenenada, entre las buenas, para que vuestros hijos mueran comiéndola; Todas estas cosas para transmitir la idea de Dios, como un padre cruel e injusto para con sus hijos.

Él, el Dragón Creador, hace todo esto para decir que fue agraviado al tener que dejar el cielo, solo porque conocía el bien y el mal.

Por eso, el Espíritu Santo de la Verdad nos recuerda:

El que hace pecado, es del diablo, porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para que deshaga las obras del diablo. 1 João 3:8.

Entonces, el Espíritu Santo de la Verdad nos guía:

Vosotros que estáis atrapados en la práctica de alguna carnalidad (Gálatas 5:17-21), en algún comportamiento que os obliga a alejaros del amor del Padre Celestial, testificado por Jesucristo; No tenga miedo de aceptar el testimonio de amor del Padre Celestial en su vida. No tenga miedo de aceptar a Jesucristo para que lo recoja y lo lleve de regreso a su hogar celestial.

Y yo sé que en mí (es a saber, en mi carne) no mora el bien, porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo.
Porque no hago el bien que quiero; pero el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal me es propio. Porque con el hombre interior, me deleito con la ley de Dios; mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte? La gracia de Dios, por Jesús, el Cristo o el Ungido , Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.
Romanos 7:18-25.

Por eso, sabes que la carnalidad que te da cariño en ese momento te abandonará con el paso de los días. Pero el amor del Padre Celestial, que os satisface, es para siempre.

Sin embargo, si está ligado por la necesidad del afecto a la carnalidad, y por tanto no puede soportar la palabra de Dios Padre Celestial, testimoniada por Jesucristo, que nos salva; no te rindas, persiste en creer en Jesucristo.

Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y estas cosas se oponen la una a la otra, para que no hagáis lo que quisierais. Pero si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, disolución,
idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a éstas; de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado, que los que hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios.
Gálatas 5:17-21.

Sí, Gálatas 5:17-21, sólo aquellos que de ninguna manera aceptan la salvación de Jesucristo no heredarán el reino de Dios; Porque ved la declaración del Espíritu Santo de la Verdad:

Y oyéndolo Jesús, les dice: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que tienen mal. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a enmienda. Marcos 2:17.

Por tanto, con base en las palabras de Jesucristo en Marcos Marcos 2:17, es claro que todos los seres humanos, de alguna manera, cometemos las obras de la carne, enumeradas en Gálatas Gálatas 5:17-21; Sin embargo, sólo quien no se arrepienta, en el curso de su vida, según el testimonio del amor del Padre Celestial, vivido por Jesucristo, no podrá heredar el reino de Dios.

Therefore, again the Lord Jesus Christ says:

Andad pues, y aprended qué cosa es: Misericordia quiero, y no sacrificio; porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a arrepentimiento. Mateus 9:13; Lucas 5:31,32.

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del que me envió, del Padre: Que de todo lo que me diere, no pierda de ello, sino que lo resucite en el día postrero.
Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
João 6:37-40.

Entonces, ustedes que están involucrados en las obras de la carne, no teman consultar a su médico, Jesucristo. Porque tú, solo tú no heredarás el reino del Padre Celestial, si no aceptas el trato del Salvador Señor Jesucristo.

Así, todo aquel que se acerque a Jesucristo verá que el cariño que le ofrece la carnalidad, para alejarlo del amor del Padre Celestial, morirá con el paso de los días. Pero si te bañas diariamente en la sangre de Jesucristo para tu higiene espiritual, eventualmente resultará en tu salvación. Porque la necesidad del afecto pecaminoso de la carne muere en el tiempo. Pero el amor del Padre Celestial, testificado por Jesucristo, prevalecerá eternamente; Romanos 7:18-25.

Luego, después de llevar a sus criaturas al pecado, el Dragón Creador les aplica la sentencia de expulsión del paraíso.

Hizo y hace esto porque quiere demostrar que el Padre Celestial fue injusto con él; Como él, el Creador de la carne es injusto con sus criaturas.

El Dragón Creador busca justificarse, haciéndonos creer que es necesario conocer el mal para valorar el bien; Es necesario conocer la muerte, valorar la vida.

Entonces, cuando sus hijos en Génesis hacen el mal, son recompensados ​​con dolor, sufrimiento y muerte. Gênesis 3:19.

Y dijo el SEÑOR Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, para que no meta su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre; y lo sacó el SEÑOR del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una llama de cuchillo que andaba en derredor para guardar el camino del árbol de la vida. Gênesis 3:22-24.

Así, a partir de Gênesis 3:22-24 queda clara la injusticia del Creador con sus criaturas.

Las criaturas son expulsadas del paraíso por adquirir el conocimiento del bien y del mal, siguiendo el ejemplo de su Creador.

El Creador, con esta parte de la parábola de la vida humana, dice que es inocente, por haber conocido el mal; así como Adán y Eva son inocentes, habiendo caído en la tentación de la serpiente.

Entonces, en respuesta a las afirmaciones del Dragón Creador de Carne; Quien hace una comparación entre su comportamiento hacia su creación y el comportamiento del Padre Celestial hacia Él; Jesucristo, imagen del Padre Celestial, con su testimonio de vida, demuestra que Dios, el Padre Celestial, prefiere morir con los brazos abiertos en la cruz, que practicar cualquier mal que pueda dañar a sus hijos. Con eso, cae al suelo, todo el argumento del Maligno.

Por eso declara el Espíritu Santo de la Verdad:

Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, El (Jesucristo) también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a los que por el temor de la muerte estaban por toda la vida sujetos a servidumbre. Hebreus 2:14,15.

Porque el Emperador de la muerte, pretendiendo ser el único Dios, declaró:

Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano. Deuteronômio 32:39.

En respuesta a la declaración de Deuteronômio 32:39, Jesucristo dijo a los israelitas acerca de su Dios:

¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? Porque no podéis oír mi palabra. Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. El, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira . Y porque yo digo Verdad, no me creéis. João 8:43-45.

Por lo tanto, fue en la cruz que Jesucristo destruyó el poder que el Diablo tenía sobre nosotros, sus criaturas mortales.

Como dijo Jesucristo:

Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos traeré a mí mismo. João 12:31,32.

Así aprendemos del Espíritu Santo de la Verdad:

Rayendo la cédula de los decretos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y clavándola en el madero; y despojando los principados y las potestades, sacándolos a la vergüenza en público, confiadamente triunfando de ellos en él. Colossenses 2:14,15.

Y él os hizo vivir a vosotros, estando muertos en vuestros delitos y pecados, en que en otro tiempo anduvisteis conforme a la condición de este mundo, conforme a la voluntad del príncipe de la potestad de este aire, el espíritu que ahora obra en los hijos de incredulidad, entre los cuales todos nosotros también vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de la mente; y éramos por naturaleza hijos de ira, también como los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su mucha caridad con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con el Cristo; por cuya gracia sois salvos; y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en lugares celestiales en Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;
Efésios 2:1-8.

Resta, hermanos, que tengáis gozo, seáis perfectos, tengáis consolación, sintáis una misma cosa, tengáis paz; y el Dios de paz y de caridad sea con vosotros. 2 Coríntios 13:11.

En la caridad no hay temor; mas la perfecta caridad echa fuera el temor; porque el temor tiene pena; de donde el que teme, no está completo en caridad. 1 João 4:18.

La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sin razón, no se envanece; no es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal; no se recrea de la injusticia, mas se recrea de la verdad; todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. 1 Coríntios 13:4-7.

1 Coríntios 13:4-7 fue lo que el Padre Celestial, en la persona del hijo Jesucristo, vino a probarnos.

Por eso, dice el Espíritu Santo de la Verdad:

El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que al Hijo es incrédulo, no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él. João 3:36.

Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Apocalipse 12:12.

Y la Historia Sagrada nos enseña:

Dios celoso y vengador es el SEÑOR; vengador es el SEÑOR, y Señor de ira; el SEÑOR, que se venga de sus adversarios, y que guarda su enojo para sus enemigos. Naum 1:2.

Sabiendo esto, es imperativo que busquemos la salvación y nuestra redención con Jesucristo. Porque nada impide nuestra salvación, excepto nuestra persistencia en la práctica del mal. Y el mal que hacemos es la cuerda que el Dragón nos ofrece para que nos condenemos al infierno, para que tenga poder absoluto sobre nosotros. Y allí será el llanto y el crujir de dientes.

Y será que de luna nueva en luna nueva, y de sábado en sábado, vendrá toda carne a adorar delante de mí, dijo el SEÑOR. Y saldrán, y verán los cadáveres de los varones que se rebelaron contra mí, porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará; y serán abominables a toda carne. Isaías 66:23,24.

Y si tu ojo te hace caer, sácalo: mejor te es entrar al Reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado a la Gehena;
donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga.
Marcos 9:47,48.

In this way, the crucifixion of Jesus Christ, is the extreme cry of God the Father, to deliver us from hell. A terrifying cry that if we are not saved with Jesus Christ, through his testimony of the Heavenly Father's love, we will surely be brought to the second death.

Porque el mal que opera en nosotros es inherente a nuestra naturaleza física, motivado por la ley de supervivencia, o por el orgullo y la vanidad que adquirimos al nacer en esta naturaleza, como producto de nuestro Dragón Creador.

Porque las criaturas sujetas fueron a vanidad, no de su voluntad, sino por causa del que las sujetó, con esperanza que también las mismas criaturas serán libradas de la servidumbre de corrupción en la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Porque ya sabemos que todas las criaturas gimen (a una), y (a una) están de parto hasta ahora. Y no sólo ellas, sino también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos esperando la adopción, es a saber , la redención de nuestro cuerpo.
Romanos 8:20-23.

Así que, mientras no llega el día de nuestra redención, prestemos atención a las parábolas de la Historia Sagrada, que dice:

Y vio el SEÑOR que la malicia de los hombres era mucha sobre la tierra, y que todo el intento de los pensamientos del corazón de ellos ciertamente era malo todo el tiempo. Y se arrepintió el SEÑOR de haber hecho hombre en la tierra, y le pesó en su corazón. Y dijo el SEÑOR: Raeré los hombres que he creado de sobre la faz de la tierra, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el animal y hasta el ave de los cielos; porque me arrepiento de haberlos hecho. Pero Noé halló gracia en los ojos del SEÑOR. Gênesis 6:5-8.

Pienso que los que llegaron hasta aquí, y recibieron el conocimiento del Espíritu Santo de la Verdad, que es Jesucristo, como dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.” Juan João 14:6. Ya entendiste que el Creador de la carne es el Diablo.

Por eso el Espíritu Santo de la Verdad nos enseña:

Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él (Jesucristo) también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, Hebreus 2:14.
Después de todo lo dicho, se puede entender, que cualquier ser humano tiene la capacidad de percibir, que el diluvio de
Gênesis 6:5-8, fue sólo una de las obras del Diablo; entre todos los demás que causan la muerte de los seres vivos. Deuteronomio Deuteronômio 32:39.

También entendieron que el Diablo es el emperador de la muerte, el gran Dragón, como nos enseña el apocalipsis. Vea:

Y fue lanzado fuera aquel gran dragón, que es la serpiente antigua, que es llamado diablo y el Satanás, el cual engaña al mundo entero; y fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron derribados con él. Apocalipse 12:9.

Entonces, de ahora en adelante, puedes entender que esta precipitación de una tercera parte de los ángeles del cielo con el Dragón en la oscuridad, por lo tanto en el planeta Tierra, fue el juicio inicial.

Comprenda de esto, que si hubo un juicio inicial, ciertamente tendrá que haber un juicio final. Y para que entiendas este juicio final, necesitamos estudiar Historia Sagrada.

Como hemos visto, la Historia Sagrada comienza con Adán y Eva, porque en ellos residió la simiente de nuestro Salvador Jesucristo. Así, de generación en generación, los patriarcas que custodiaron la semilla de nuestra salvación fueron los que plasmaron la Historia Sagrada.

Por lo tanto, cuando el Creador afirma no destruir a Noé y su familia, por benevolencia; La verdad es que el Creador no pudo destruir a la humanidad hasta que conocimos a nuestro Salvador, Jesucristo, y su testimonio del amor del Padre Celestial.

Así que olvida la idea de que Noé y su familia eran mejores que los demás seres humanos que perecieron en esa ocasión.

Asimismo, la santidad no es la razón por la que Abram fue elegido y no será la razón por la cual los israelitas, sus descendientes, serán considerados un pueblo santo.

La razón de estas elecciones radica en que de ellas nacerá el Salvador de la humanidad.

Por eso, entre tantos seres humanos, Abram es elegido para continuar la Historia Sagrada. Porque en Abram, así como en Noé, estaba la simiente de Jesucristo.

Veamos, entonces, cómo el Creador de los mortales se dirige a Abram:

Después de estas cosas vino la palabra del SEÑOR a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abram: Señor DIOS ¿qué me has de dar, siendo así que yo ando solo, y el mayordomo de mi casa es el damasceno Eliezer? Dijo más Abram: He aquí no me has dado simiente, y he aquí el hijo de mi casa me hereda. Y luego la palabra del SEÑOR vino a él diciendo: No te heredará éste, sino el que saldrá de tus entrañas, aquél te heredará. Y le sacó fuera, y dijo: Mira ahora a los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu simiente. Y creyó al SEÑOR, y se lo contó por justicia. Y le dijo: Yo soy el SEÑOR, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra. Y él respondió: Señor DIOS ¿en qué conoceré que la tengo de heredar? Y le dijo: Apártame una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino.
Y tomó él todas estas cosas, y las partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de otra; mas no partió las aves.
Y descendían aves sobre los cuerpos muertos, y las ojeaba Abram. Y fue que poniéndose el sol cayó sueño sobre Abram, y he aquí que un temor, una oscuridad grande cayó sobre él.
Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y les servirán, y serán afligidos cuatrocientos años. Mas también a la gente a quien servirán, juzgo yo; y después de esto saldrán con grande riqueza.
Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez. Y en la cuarta generación volverán acá; porque aun no está cumplida la maldad del amorreo hasta aquí.
Y sucedió que puesto el sol, y hubo una oscuridad, y he aquí un horno de humo, y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades. Aquel día hizo el SEÑOR pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; al cineo, y al cenezeo, y al cadmoneo,
al heteo, y al ferezeo, y al rafeo, y al amorreo, y al cananeo, y al gergeseo, y al jebuseo.
Gênesis 15:1-21.

Y desde entonces, el Dios Creador de los seres vivos ha sido llamado el Dios de Abram.

Y el Dios de Abram cambió el nombre de Abram a Abraham, cuando dijo:

Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentiles. Gênesis 17:5.

Aquel día hizo el SEÑOR pacto con Abram diciendo: A tu simiente daré esta tierra desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Eufrates; al cineo, y al cenezeo, y al cadmoneo,
al heteo, y al ferezeo, y al rafeo, y al amorreo, y al cananeo, y al gergeseo, y al jebuseo.
Gênesis 15:18-21.

Estad atentos a esta alianza que el Creador hizo con Abram, porque de ella vendrá el fratricidio universal del tiempo del fin, por obra del error.

Así, continuando en la Historia Sagrada, la historia de los patriarcas que guardaron la semilla de nuestra salvación; veremos que el primer hijo de Abraham fue Ismael.

Según la costumbre, le correspondería a Ismael recibir la bendición de la primogenitura, pero debido a la simiente de Jesucristo, el que recibirá la bendición de la primogenitura será Isaac.

En ese momento de la Historia Sagrada, recibir la bendición de la primogenitura significaba ser bendecido por el Dios de Abraham.

Y el Dios de Abraham está usando la Historia Sagrada para manifestar que fue agraviado por Dios Padre Celestial.

Luego nos cuenta la historia de Caín y Abel. Nótese que Caín representa al Creador, quien presenta los frutos de la tierra a su padre. Mientras que Abel representa al Salvador, y presenta un sacrificio espiritual. Mirar:

Y conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: He ganado varón por el SEÑOR. Y otra vez dio a luz a su hermano Abel. Y fue Abel pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra presente al SEÑOR. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, y de su grosura. Y miró el SEÑOR a Abel y a su presente; y a Caín y a su presente no miró. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Gênesis 4:1-5.

La idea que el Creador nos quiere transmitir es que el mal apareció en Caín, porque Dios fue injusto con Él, en relación al trato que le dio a Abel.

Esta misma idea nos la vuelve a dar el Creador, cuando en la historia de Ismael e Isaac. Mirar:

Y vio Sara al hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, que se burlaba. Por tanto dijo a Abraham: Echa a esta sierva y a su hijo; que el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo, con Isaac. Este dicho pareció grave en gran manera a Abraham a causa de su hijo. Entonces dijo Dios a Abraham: No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. Y también al hijo de la sierva pondré en gente, porque es tu simiente. Entonces Abraham se levantó muy de mañana, y tomó pan, y un odre de agua, y lo dio a Agar, poniéndolo sobre su hombro, y le entregó al muchacho, y la envió. Y ella fue, y se perdió en el desierto de Beerseba. Gênesis 21:9-14.

Sin embargo, es en la historia de los hijos de Isaac, Esaú y Jacob, que esta manifestación aparecerá claramente.

El Dragón Creador de los seres vivos, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, está utilizando a estos patriarcas de la Historia Sagrada, para quejarse de la forma en que era considerado en relación con el Salvador Jesucristo.

Considere el caso de Esaú y Jacob:

Isaac, el hijo de Abraham, tiene dos hijos. Esaú nació primero y debería haber recibido la bendición de la primogenitura. Sin embargo, Jacob es quien, a través de la astucia, recibirá la bendición.

Entonces se estremeció Isaac con grande estremecimiento, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que tomó caza, y me trajo, y comí de todo antes que vinieses? Yo le bendije, y será bendito.
Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo a su padre: Bendíceme también a mí, padre mío. Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición. Y él respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, que ya me ha engañado dos veces; me tomó mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí? Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he fortelecido, ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío?
Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró. Entonces Isaac su padre habló y le dijo: He aquí será tu habitación en grosuras de la tierra, y del rocío de los cielos de arriba;
Gênesis 27:33-39.

Y tal como sucedió en el caso de Caín y Abel, Ismael e Isaac, y ahora en el de Esaú y Jacob, el Creador da a entender que Él es quien debe ser bendecido por Dios Padre Celestial, y no Jesucristo.

Es una denuncia insistente, que sólo perderá su sentido cuando Dios Padre Celestial, usando su imagen, la persona de Jesucristo, nuestro Salvador, muera en la cruz, con los brazos abiertos. Y con esto demuestra que preferiría sufrir y morir antes que hacer el mal a sus hijos.

Por lo tanto, el mensaje del Padre Celestial es claro; El Padre Celestial está con los brazos abiertos para cualquiera de sus hijos, incluido el Dios de los vivos, siempre que, para ello, nos arrepintamos de la práctica de la malignidad; y, en posesión del testimonio del amor del Padre, manifestado por Jesucristo, volvamos a la patria celestial.

De volta à História Sagrada. E nela veremos que Jacó, filho de Isaque e neto de Abraão, agora se chama Israel, veja:

Y él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has peleado con Dios y con los hombres, y has vencido. Gênesis 32:28.

Y desde entonces, el Creador, Dios de Abraham, Isaac y Jacob, es llamado Dios de Israel.

El Dios de Israel le prometió a Abraham que después de cuatrocientos años regresaría para presentarse a uno de sus descendientes.Gênesis 15:1-21.

Como está escrito:

Entonces dijo a Abram: Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya, y les servirán, y serán afligidos cuatrocientos años. Mas también a la gente a quien servirán, juzgo yo; y después de esto saldrán con grande riqueza.
Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.Y en la cuarta generación volverán acá; porque aun no está cumplida la maldad del amorreo hasta aquí.
Gênesis 15:13-16.

Como en verdad habían pasado cuatrocientos años, se presentó a Moisés, un israelita, descendiente de Abraham, en estos términos:

Y apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas detrás del desierto, y vino a Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Angel del SEÑOR en una llama de fuego en medio de un zarzal; y él miró, y vio que el zarzal ardía en fuego, y el zarzal no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora, y veré esta grande visión, por qué causa el zarzal no se quema. Y viendo el SEÑOR que iba a ver, lo llamó Dios de en medio del zarzal, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te llegues acá; quita tus zapatos de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es . Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Y dijo el SEÑOR: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; por lo cual yo he entendido sus dolores. Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios; yo los sacaré de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo, y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido ahora delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven por tanto ahora, y te enviaré al Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo, para que vaya al Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?
Y él le respondió: Porque yo seré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: luego que hubieres sacado este pueblo de Egipto, serviréis a Dios sobre este monte.
Y dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros; y si ellos me preguntan: ¿Cuál es su nombre? ¿Qué les responderé? Y respondió Dios a Moisés: YO SOY El que Soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY ( YHWH ) me ha enviado a vosotros. Y dijo más Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: El SEÑOR Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi Nombre para siempre, y este es mi memorial por todos los siglos. Ve, y junta los ancianos de Israel, y diles: El SEÑOR Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob, se me apareció, diciendo: De cierto os he visitado, y visto lo que se os hace en Egipto;
y he dicho: Yo os haré subir de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, y del heteo, y del amorreo, y del ferezeo, y del heveo, y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.
Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: El SEÑOR Dios de los hebreos, nos ha encontrado; por tanto nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que sacrifiquemos al SEÑOR nuestro Dios. Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.
Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando os partiereis, no salgáis vacíos; sino que demandará cada mujer a su vecina y a su huéspeda vasos de plata, vasos de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas, y despojaréis a Egipto.
Êxodo 3:1-22.

Como se ha visto hasta aquí, la Historia Sagrada no es un misterio, como predica la religión.

La Historia Sagrada es una realidad que podría ser enseñada en todas las escuelas y colegios, respetando la capacidad de comprensión de cada alumno.

Sí, por supuesto que fue Jesucristo quien aclaró todo. Pero después de Jesucristo, ya no hay razón para que la religión llame a la Historia Sagrada el misterio de la fe.

La Historia Sagrada se reduce básicamente a esto: El Creador de los mortales, se retiró de la casa celestial, con el pretexto de educar a la tercera parte de los ángeles del cielo, quienes, confiando por la fe en sus declaraciones, vinieron con Él. Y así, una vez en la oscuridad llegamos a conocer el bien y el mal. Gênesis 3:22-24.

Comprendió también el lector que el Creador de la muerte, por lo que también se le llama Muerte, se ofendió por haberse separado de las dos terceras partes de la corte celestial, que permanecieron viviendo en la luz y el amor del Padre Celestial.

El lector notó también que Dios Padre Celestial condicionó esta separación del Creador, la venida con Él, y Sus ángeles, de aquel que es imagen del Padre Celestial, Jesucristo, encargado de nuestra Redención.

Seguramente el lector entendió aún, que en Adán, Jesucristo comienza la sagrada historia de nuestra salvación; nuestro retiro del poder del Emperador de la muerte, a saber: Del todopoderoso Dragón, Creador de la muerte, el fundador del mundo perecedero tal como lo conocemos.

Que, por tanto, desde Adán, la Sagrada Historia de nuestra salvación, caminó por los patriarcas descendiendo de Adán, hasta llegar a Noé.

El lector entendió que Noé y su familia fueron preservados del diluvio con agua, no porque fueran mejores que otros seres vivientes, que murieron en el diluvio. Pero sí, porque en ellos estaba la semilla de nuestro salvador.

Que, por tanto, el mundo de Noé, no pudo ser destruido, ante el Padre Celestial, en la persona de Jesucristo, testificó, a todos los mortales, su amor por nosotros.

Sin embargo, ahora, después de conocer el testimonio del amor del Padre Celestial, vendrá el Juicio Final.

Por eso Jesucristo dice:

Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares.
Y todas estas cosas, principio de dolores. Entonces os entregarán para ser afligidos, y os matarán; y seréis aborrecidos de todas las naciones por causa de mi nombre.
Muchos entonces serán escandalizados; y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos. Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se enfriará.
Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.
Y será predicado este Evangelio del Reino en el mundo entero, por testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
Mateus 24:7-14.

Porque de la manera que en Adán todos mueren, así también en el Cristo todos serán vivificados. Mas cada uno en su orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Luego el fin; cuando entregará el Reino al Dios y al Padre, cuando quitará todo imperio, y toda potencia y potestad.
Porque es necesario que él reine, hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte.
1 Coríntios 15:22-26.

Y así, de generación en generación, la semilla de nuestra salvación, caminó con los patriarcas descendientes de Noé, hasta llegar a Abram.

Y después de caminar con Abram, comenzó a caminar con otro patriarca que tenía la simiente de nuestra salvación, el hijo de Abram llamado Isaac.

Y así fue, que el Dios de Abram llegó a ser llamado el Dios de Isaac.

Y en la continuación de la Historia Sagrada, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, camina con Jacob, hijo de Isaac, y cambia su nombre por el de Israel. Gênesis 32:28.

Y desde entonces, del patriarca Jacob, nació el pueblo de Israel. Personas consideradas santas, no porque sean mejores que sus hermanos de otras naciones. Pero eso sí, por ser pueblo del linaje de Jesucristo, nuestro Salvador. Deuteronômio 14:2.

Por lo tanto, como informamos anteriormente, en Éxodo Êxodo 3:1-22, el Creador, el Dios de Abram, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob, ahora el Dios del pueblo de Israel, se le apareció a Moisés; un israelita, descendiente de Abram.

Y la razón de la aparición de Dios Abram, Dios de Isaac, Dios de Jacob a Moisés, no fue para darnos diez mandamientos, como aparecen en Deuteronomio Deuteronômio 5:1-21; Êxodo 20:1-17; donde los escribas, escritores israelitas buscaban transmitir la idea de que su Dios es un dios de justicia, a todas las naciones. ¡Donde no matarás! Es uno de los mandamientos escritos en Êxodo 20:13; Deuteronômio 5:17

Por lo tanto, el motivo de la aparición del Dios de Abram, Isaac y Jacob a Moisés fue para cumplir el pacto que hizo con Abraham. Aunque Jesucristo, en los días de su testimonio del amor del Padre Celestial, hizo suyos aquellos mandamientos elaborados por los escribas israelitas. Mateo Mateus 5:1-48.

Así dijo Jesús acerca de los mandamientos escritos en Deuteronômio 5:1-21; Êxodo 20:1-17:

No penséis que he venido para desatar la ley o los profetas; no he venido para desatarla, sino para cumplirla. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde perecerá de la Ley, hasta que todas las cosas sean cumplidas. De manera que cualquiera que desatare uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el Reino de los cielos; mas cualquiera que los hiciere y los enseñare, éste será llamado grande en el Reino de los cielos. Mateus 5:17-19.

Sin embargo, respecto a las palabras de Jesucristo, ahora sabemos, por el poder del Espíritu Santo de la Verdad, que en el pacto que el Dios de Abram hizo con los israelitas, grabado en las tablas de piedra de Moisés, en contra del mandamiento escrito en Êxodo 20:13; Deuteronômio 5:17 ¡No matarás! Estaba escrito que era para matar y exterminar a todos los pueblos mencionados en el pacto hecho con Abram.

Así que veamos el verdadero pacto que hizo Jehová con el pueblo de Israel, y solo con el pueblo de Israel y ningún otro pueblo.

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Alísate dos tablas de piedra como las primeras, y yo escribiré sobre esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que quebraste. Prepárate, pues, para mañana, y sube por la mañana al monte de Sinaí, y preséntate ante mí sobre la cumbre del monte. Y no suba hombre contigo, ni aparezca alguno en todo el monte; ni ovejas ni bueyes pazcan delante del monte. Y él alisó dos tablas de piedra como las primeras; y se levantó por la mañana, y subió al monte de Sinaí, como le mandó el SEÑOR, y llevó en su mano las dos tablas de piedra. Y el SEÑOR descendió en una nube, y estuvo allí con él, proclamando el nombre de YO SOY.
Y pasando el SEÑOR por delante de él, proclamó: Yo soy el SEÑOR, YO SOY fuerte, misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guardo la misericordia en millares, que suelto la iniquidad, la rebelión, y el pecado, y que de ningún modo absolveré al malvado ; que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación. Entonces Moisés, apresurándose, bajó la cabeza hacia el suelo y adoró. Y dijo: Si ahora, Señor, he hallado gracia en tus ojos, vaya ahora el Señor en medio de nosotros; porque este es pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y poséenos. Y él dijo: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo: haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación alguna; y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra del SEÑOR; porque ha de ser cosa terrible la que yo haré contigo. Guarda lo que yo te mando hoy; he aquí que yo echo de delante de tu presencia al amorreo, y al cananeo, y al heteo, y al ferezeo, y al heveo, y al jebuseo.
Guárdate que no hagas alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean por tropezadero en medio de ti; mas derribaréis sus altares, y quebraréis sus imágenes, y talaréis sus bosques; porque no te inclinarás a dios ajeno; que el SEÑOR, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es.
Por tanto no harás alianza con los moradores de aquella tierra; porque fornicarán en pos de sus dioses, y sacrificarán a sus dioses, y te llamarán, y comerás de sus sacrificios. O tomando de sus hijas para tus hijos, y fornicando sus hijas en pos de sus dioses, harán también fornicar a tus hijos en pos de los dioses de ellas. No harás dioses de fundición para ti.
La fiesta de los ázimos guardarás: siete días comerás pan sin levadura, según te he mandado, en el tiempo del mes de Abib; porque en el mes de Abib saliste de Egipto. Todo lo que abre matriz, mío es; y de tu ganado todo primerizo de vaca o de oveja que fuere macho. Pero redimirás con cordero el primerizo del asno; y si no lo redimieres, le has de cortar la cabeza. Redimirás todo primogénito de tus hijos, y no serán vistos vacíos delante de mí. Seis días obrarás, mas en el séptimo día cesarás; cesarás aun en la arada y en la siega. Y te harás la fiesta de las semanas a los principios de la siega del trigo; y la fiesta de la cosecha a la vuelta del año. Tres veces en el año será visto todo varón tuyo delante del Señoreador DIOS, El Dios de Israel. Porque yo arrojaré los gentiles de tu presencia, y ensancharé tu término; y ninguno codiciará tu tierra, cuando tú subieres para ser visto delante del SEÑOR tu Dios tres veces en el año. No ofrecerás sobre leudo la sangre de mi sacrificio; ni quedará de la noche para la mañana el sacrificio de la fiesta de la pascua. El principio de los primeros frutos de tu tierra meterás en la Casa del SEÑOR tu Dios. No cocerás el cabrito en la leche de su madre. Y el SEÑOR dijo a Moisés: Escribe tú estas palabras; porque conforme a estas palabras he hecho el pacto contigo y con Israel.
Êxodo 34:1-27.

Y además, Jehová determinó a los israelitas:

Solamente de las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;
del todo los destruirás: al heteo, y al amorreo, y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo, y al jebuseo, como el SEÑOR tu Dios te ha mandado;
Deuteronômio 20:16,17.

Cuando te acercares a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y será que , si te respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te serán tributarios, y te servirán. Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere contigo guerra, y la cercares, y el SEÑOR tu Dios la entregare en tu mano, entonces herirás a todo varón suyo a filo de espada.
Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que hubiere en la ciudad, todos sus despojos, tomarás para ti; y comerás del despojo de tus enemigos, los cuales el SEÑOR tu Dios te entregó. Así harás a todas las ciudades que estuvieren muy lejos de ti, que no fueren de las ciudades de estos gentiles.
Solamente de las ciudades de estos pueblos que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con vida;
Deuteronômio 20:10-16.

Por lo tanto, fue un pacto hecho solo con el pueblo israelita. Donde la determinación principal, muy contraria al mandamiento, No matarás, que aparece Êxodo 20:13; Deuteronômio 5:17, no era solo para matar, sino para exterminar a todos los pueblos de la tierra prometida, nombrados en el pacto hecho con Abram, incluyendo sus animales. Y los demás pueblos lejanos, debería ser esclavizados, o en caso de resistencia, exterminados.

Y fue en obediencia a este pacto registrado en las tablas de piedra de Moisés, que Josué, fiel seguidor del pacto, como se ve en Josué 1:1-3, salió a exterminar a los demás pueblos.

Y aconteció después de la muerte de Moisés siervo del SEÑOR, que El SEÑOR habló a Josué hijo de Nun, criado de Moisés, diciendo: Mi siervo Moisés ha muerto; levántate pues ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Josué 1:1-3.

Y Josué cumplió fielmente lo determinado en el pacto registrado por el Dios de Israel, en las tablas de piedra de Moisés. Vea:

Hirió pues Josué toda la región de las montañas, y del mediodía, y de los llanos, y de las cuestas, con todos sus reyes, sin quedar nada; todo lo que tenía vida mató, de la manera que el SEÑOR Dios de Israel lo había mandado. Josué 10:40.

Y éstos son los reyes de la tierra que hirió Josué con los hijos de Israel, del otro lado del Jordán al occidente, desde Baal-gad en el llano del Líbano hasta el monte de Halac que sube a Seir; la cual tierra dio Josué en posesión a las tribus de Israel, conforme a sus repartimientos; en los montes y en los valles, en los llanos y en las vertientes, al desierto y al mediodía; el heteo, y el amorreo, y el cananeo, y el ferezeo, y el heveo, y el jebuseo. El rey de Jericó, uno; el rey de Hai, que está al lado de Bet-el, otro; el rey de Jerusalén, otro; el rey de Hebrón, otro;
el rey de Jarmut, otro; el rey de Laquis, otro;
el rey de Eglón, otro; el rey de Gezer, otro;
el rey de Debir, otro; el rey de Geder, otro;
el rey de Horma, otro; el rey de Arad, otro;
el rey de Libna, otro; el rey de Adulam, otro;
el rey de Maceda, otro; el rey de Bet-el, otro;
el rey de Tapúa, otro; el rey de Hefer, otro;
el rey de Afec, otro; el rey de Sarón, otro;
el rey de Madón, otro; el rey de Hazor, otro;
el rey de Simron-merón Samaria , otro; el rey de Acsaf, otro;
el rey de Taanac, otro; el rey de Meguido, otro;
el rey de Cedes, otro; el rey de Jocneam de Carmelo, otro;
el rey de Dor, de la provincia de Dor, otro; el rey de los Gentiles en Gilgal, otro; el rey de Tirsa, otro; treinta y un reyes en todo.
Josué 12:7-24.

Por lo tanto, en cumplimiento del pacto registrado en las tablas de piedra de Moisés, Josué no sólo destruyó al pueblo mencionado en el pacto hecho con Abram, que pasó a Moisés en las tablas de piedra; pero cuando Josué murió, a la edad de ciento diez años, ya había matado treinta y un reyes y su pueblo; Y Josué, la única razón por la que no esclavizó ni exterminó a toda la humanidad no israelita, fue porque falleció. Mirar:

Y el pueblo había servido al SEÑOR todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que vivieron largos días después de Josué, los cuales habían visto todas las grandes obras del SEÑOR, que el había hecho con Israel. Y murió Josué hijo de Nun, siervo del SEÑOR, siendo de ciento diez años.
Y lo enterraron en el término de su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.
Y toda aquella generación fue también recogida con sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación, que no conocía al SEÑOR, ni la obra que él había hecho a Israel.
Y los hijos de Israel hicieron lo malo en ojos del SEÑOR, y sirvieron a los baales. Y dejaron al SEÑOR el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, tras los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, a los cuales adoraron; y provocaron a ira al SEÑOR.
Juízes 2:7-12.

Por lo tanto, la ira del Dios israelita contra el pueblo de Israel radica en que este pueblo no quiere continuar con la matanza de otras naciones, como fue ordenado en las tablas de piedra de Moisés y que Josué cumplió en vida. Jueces Juízes 2:7-12.

Y esto quedó claro a partir de las declaraciones de Esdras y Nehemías. Vea:

Y acabadas estas cosas, los príncipes se llegaron a mí, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y levitas, no se han apartado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, y moabitas, egipcios, y amorreos, haciendo conforme a sus abominaciones.
Porque han tomado de sus hijas para sí y para sus hijos, y la simiente santa es mezclada con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en esta prevaricación. Lo cual oyendo yo, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué de los cabellos de mi cabeza y de mi barba, y me senté atónito. Y se juntaron a mí todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación de los de la transmigración; mas yo estuve sentado atónito hasta el sacrificio de la tarde.
Y al sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción; y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis palmas al SEÑOR mi Dios,
y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo. Desde los días de nuestros padres hasta este día hemos estado en gran delito; y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes, y nuestros sacerdotes, hemos sido entregados en manos de los reyes de las tierras, a cuchillo, a cautiverio, y a robo, y a confusión de rostro, como hoy día. Y ahora como por un breve momento fue la misericordia del SEÑOR nuestro Dios, para hacer que nos quedase escapadura, y nos diese estaca en el lugar de su santuario para nuestro Dios alumbrar nuestros ojos y darnos un poco de vida en nuestra servidumbre. Porque siervos éramos; mas en nuestra servidumbre no nos desamparó nuestro Dios, antes inclinó sobre nosotros misericordia delante del rey de Persia, para que se nos diese vida para alzar la Casa de nuestro Dios, y para hacer restaurar sus asolamientos, y para darnos vallado en Judá y en Jerusalén. Mas ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos, los cuales mandaste por mano de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra a la cual entráis para poseerla, tierra inmunda es a causa de la inmundicia de los pueblos de las tierras, por las abominaciones de que la han llenado de un extremo a otro con su inmundicia.
Por tanto, ahora no daréis vuestras hijas a los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis su paz ni su bien para siempre; para que seáis corroborados, y comáis el bien de la tierra, y la dejéis por heredad a vuestros hijos para siempre. Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro delito grande (ya que tú, Dios nuestro, estorbaste que fuésemos oprimidos a causa de nuestras iniquidades, y nos diste semejante escapadura); ¿hemos de volver a disipar tus mandamientos, y a emparentar con los pueblos de estas abominaciones? ¿No te ensañarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara resto ni escapadura?
SEÑOR, Dios de Israel, tú eres justo; puesto que nos ha quedado escapadura, como este día, henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible estar delante de ti a causa de esto.
Esdras 9:1-15;

Y se levantó Esdras el sacerdote, y les dijo: Vosotros habéis prevaricado, por cuanto tomásteis mujeres extrañas, añadiendo así sobre el pecado de Israel. Ahora pues, dad confesión al SEÑOR Dios de vuestros padres, y haced su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las mujeres extranjeras. Y respondió toda la congregación, y dijeron en alta voz: Así se haga conforme a tu palabra. Esdras 10:10-12.

Por lo tanto, en esa ocasión, Esdras y Nehemías volvieron a la práctica de los mandamientos verdaderos que estaban registrados en las tablas de piedra de Moisés, como se determina en Deuteronômio 20:16,17 y Deuteronômio 20:10-16, que trajo órdenes explícitas de los Dios de Israel para que todos los pueblos de la tierra prometida fueran asesinados y los demás pueblos lejanos fueran esclavizados o exterminados.

¿Qué descubrieron Esdras y Nehemías que los impactó hasta el punto de arrancarse el cabello de la cabeza?

Esdras y Nehemías, al examinar el pacto que Jehová hizo con Moisés en las tablas de piedra, descubrieron que los escribas israelitas habían tergiversado las palabras y los mandamientos.

Los escribas cambiaron las determinaciones de Jehová. Y en lugar de exterminar a los pueblos de la tierra prometida; y los demás pueblos lejanos, esclavizar o exterminar, en caso de resistencia; Deuteronômio 20:10-17. Ellos, los israelitas, se mezclaron con estos pueblos.

Motivo por el cual comenzaron a sufrir las maldiciones, Levítico 26:15-29; Deuteronômio 28:15-68; hasta nuestros días.

De las declaraciones de Esdras y Nehemías, se desprende que los israelitas sufrieron las maldiciones, porque rehusaron continuar con la matanza que practicó Josué, e incluso mezclaron el linaje santo con otros pueblos.

Por lo tanto, se entiende que si Jesucristo se hubiera comportado como Esdras y Nehemías, no habría sido crucificado sino que se le habría otorgado el dominio sobre la humanidad porque habría adorado y servido a los propósitos del Diablo. Mirar:

Otra vez le pasó el diablo a un monte muy alto, y le muestra todos los reinos del mundo, y su gloria, Y le dice: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás. Mateus 4:8-10; Lucas 4:6-8.

Por lo tanto, debemos estar agradecidos al pueblo de Israel, pueblo santo, por ser linaje de Jesucristo, por haber resistido al maligno y no haber continuado con el fratricidio humano, determinado en las tablas de piedra de Moisés. Deuteronômio 20:10-17.

Y reconocemos a Jesucristo como nuestro salvador, por haber preferido morir antes que matar a cualquier ser humano, testimoniando el amor del Padre Celestial por todos sus hijos.

Y debemos reconocer al Señor Jesucristo, como nuestro salvador, por preferir morir antes que matar a cualquier ser humano; En testimonio del amor del Padre Celestial por todos sus hijos indistintamente.

Queda, pues, que el ser humano siga el ejemplo de Jesucristo, que renunció a las prácticas del Maligno y nos determina:

Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
Mas yo os digo: No resistáis con mal; antes a cualquiera que te hiriere en tu mejilla diestra, vuélvele también la otra;
y al que quisiere ponerte a pleito y tomarte tu ropa, déjale también la capa; y a cualquiera que te cargare por una milla, ve con él dos. Al que te pidiere, dale; y al que quisiere tomar de ti prestado, no se lo rehuses. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos
Mateus 5:38-45.

Entonces, cuando hablamos de los israelitas, hay mucho que considerar. Y la principal es saber que estas personas llevan sobre sí todas las maldiciones de Jehová, por el simple hecho de que prefieren morir antes que matar a sus semejantes. Aunque hasta ahora, ellos mismos no se han dado cuenta.

Entre las maldiciones a las que los israelitas una vez tuvieron que someterse está comer la carne de sus propios hijos e hijas.

Estas son algunas de las maldiciones a las que están sujetos los israelitas:

Y si abominareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis derechos, no poniendo por obra todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto; yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en balde vuestra simiente, porque vuestros enemigos la comerán.
Y pondré mi ira sobre vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.
Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo tornaré a castigaros siete veces más por vuestros pecados. Y quebrantaré la soberbia de vuestra fortaleza, y tornaré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. Y vuestra fuerza se consumirá en vano; que vuestra tierra no dará su fruto, y los árboles de la tierra no darán su fruto. Y si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados.
Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten los hijos, y destruyan vuestros animales, y os apoquen, y vuestros caminos sean desiertos.
Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición, yo también procederé con vosotros, en oposición y os heriré aún siete veces por vuestros pecados. Y traeré sobre vosotros cuchillo vengador, en vindicación del pacto; y os recogeréis a vuestras ciudades; mas yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo. Cuando yo os quebrantare el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.
Y si con esto no me oyereis, mas procediereis conmigo en oposición, yo procederé con vosotros en contra y con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados.
Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas.
Levítico 26:15-29; Deuteronômio 28:15-68.

Por lo tanto, israelita, que no aceptas el nuevo pacto con Jesucristo, es porque de alguna manera quieres permanecer en las maldiciones del antiguo pacto. A saber: Destruir todas las naciones predichas en Deuteronômio 20:16,17. Y esclavizar, y en caso de resistencia, exterminar a todos los demás pueblos, donde pongan pie. Deuteronômio 20:10-16; Josué 1:1-3.

De esta manera, como prometió a los israelitas, al final de los tiempos Jehová regresará. Vea:

Vivo yo, dijo el Señor DIOS, que con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado, tengo que reinar sobre vosotros;
y os sacaré de entre los pueblos, y os juntaré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte, y brazo extendido, y enojo derramado; y os he de traer al desierto de pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dijo el Señor DIOS. Y os haré pasar bajo vara y os traeré en vínculo del pacto; y apartaré de entre vosotros los rebeldes, y los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus destierros los sacaré, y a la tierra de Israel no vendrán; y sabréis que yo soy el SEÑOR.
Ezequiel 20:33-38.

Y aquí hacemos la siguiente reflexión: ¿Por qué el Todopoderoso Creador, Dios de Israel, necesita del pueblo de Israel para exterminar a todas las demás naciones? Él no necesita. Nunca tuvo que hacerlo.

Lo que sucede, como probamos antes, es que toda la historia humana, y especialmente la Historia Sagrada, es una parábola. En ella, el Creador se convierte en Dios Padre, practicando toda clase de injusticias, para que la humanidad pueda acusarle de todo; El que dice haber sido maltratado en Caín; despreciados en Ismael y engañados en Esaú demuestra claramente que así como es una injusticia de su parte elegir un pueblo y declararlo pueblo santo, sólo por ser del linaje de Jesucristo; Y, por el bien de este pueblo, destruye a todos los demás. Por lo tanto, es injusto que Dios en el Padre Celestial se quede con las dos terceras partes de los ángeles en el cielo, solo porque son la imagen de Jesucristo; mientras que otra parte tiene que sufrir en la oscuridad; una especie de muerte, a los ojos del Creador, precisamente porque optaron, con Él, por el conocimiento del bien y del mal Gênesis 3:22.

Sin embargo, este argumento se desmorona cuando Jesucristo, en la cruz, demuestra el amor de Dios Padre Celestial por todos nosotros; Y, abriendo sus brazos en la cruz, ofrece a todos los que se han descarriado volver a su patria celestial; A cualquiera de los seres, siempre que se arrepienta de todo corazón, renuncie al mal, comenzando a vivir en el amor del Padre Celestial, testificado por Jesucristo.

Y este es el nuevo pacto que Jesucristo hizo con los seres humanos:

Y tomando el pan, habiendo dado gracias, partió, y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. Asimismo también tomó y les dio el vaso, después que hubo cenado, diciendo: Este vaso es el Nuevo Testamento en mi sangre, que por vosotros se derrama. Lucas 22:19,20; Marcos 14:22-24; Mateus 26:26-28.

Por lo tanto, como declara Jehová en Ezequiel 20:33-38, Él volverá. Y la humanidad solo tendrá dos opciones: O prefiere matar por Jehová y sobrevivir en este mundo y luego irse al infierno con el Diablo; O prefieres morir que matar, como el testimonio de Jesucristo y volver a casa con tu Padre celestial.

Por lo tanto, en ese momento, el pueblo de Israel está viviendo el viejo dilema: Elegir una alianza con Jehová y revivir el fratricidio de Josué (Josué 12:7-24) y el racismo de Esdras y Nehemías (Esdras 9:1-15) ; O acepta la alianza con Jesucristo, prefiriendo morir antes que hacer cualquier mal contra tus semejantes. (Mateo Mateus 5:38-45).

Por lo tanto, los que están sujetos al antiguo pacto con Jehová tienen la misión de matar a los seres humanos considerados enemigos de Jehová.

Por otro lado, quienes se someten a la nueva alianza con Jesucristo tienen la misión de preferir morir antes que matar a sus semejantes. Y todo esto tiene que suceder por fe, en una u otra deidad.

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al outro Mateus 6:24.

Si ante Jesucristo, la fe en Jehová, el Creador, significaba que el pueblo de Israel, santo, por ser del linaje de Jesucristo, debía matar a sus enemigos, en estos términos:

La habitación de Dios es eterna, y debajo de brazos eternos; el echará de delante de ti al enemigo, y dirá: Destruye. Deuteronômio 33:27.

Ahora, es al revés; La fe en Dios Padre Celestial es para que renunciéis a la práctica de cualquier mal contra vuestros semejantes. Vea:

Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos Mateus 5:43-45.

Sin embargo, la profecía lo deja claro: la mayoría de los seres humanos, religiosos o no, preferirán adorar al Dragón. Mirar:

Y adoraron al dragón que había dado la potestad a la bestia, y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es semejante a la bestia, y quién podrá lidiar con él? Y le fue dada boca que hablaba grandes cosas y blasfemias; y le fue dada potencia de obrar cuarenta y dos meses. Y abrió su boca en blasfemias contra Dios, para blasfemar su Nombre, y su Tabernáculo, y los que moran en el cielo. Y le fue dado hacer guerra contra los santos, y vencerlos. También le fue dada potencia sobre toda tribu y pueblo y lengua y gente. Y todos los que moran en la tierra le adoraron, cuyos nombres no están escritos en el libro de la vida del Cordero, el cual fue muerto desde el principio del mundo.
Si alguno tiene oído, oiga. El que lleva en cautividad, va en cautividad; el que a cuchillo matare, es necesario que a cuchillo sea muerto. Aquí está la paciencia y la fe de los santos.
Apocalipse 13:4-10.

Pero a los que aceptan vivir por el pacto, basados ​​en la sangre de Jesucristo, y prefieren morir antes que matar a sus semejantes, el Espíritu Santo de la Verdad les asegura:

Y ellos le han vencido (derrotó al diablo) por la sangre del Cordero, y por la Palabra de su testimonio; y no han amado sus vidas hasta la muerte. Apocalipse 12:11.

Y según el testimonio del amor de Dios Padre Celestial, testificado por Jesucristo; al pueblo de Dios pertenece todo ser humano, que toma su cruz y sigue a Jesucristo, en la práctica del amor del Padre Celestial; que, como Jesucristo, toman la cruz y prefieren morir crucificados que matar a uno de sus semejantes.

Y llamando a la multitud con sus discípulos, les dijo: Cualquiera que quisiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su madero, y sígame. Marcos 8:34;  Lucas 9:23,24; Mateus 16:24,25.

Así que el nuevo pacto hecho por Dios Padre Celestial ya no es como el antiguo, hecho con un pueblo del linaje de Jesucristo; pero sí, con todos los hijos de Dios Padre Celestial, que adquieren la imagen de Jesucristo, nuestro Salvador. Lucas 22:19,20; Marcos 14:22-24; Mateus 26:26-28.

Así, llegamos al tiempo del fin, referido al profeta Daniel:

Tú, pues, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin; pasarán muchos, y se multiplicará la ciencia.Daniel 12:4-10.

En este tiempo del fin, los gobernantes de las naciones de nuestro planeta Tierra están siendo atormentados por espíritus inmundos; espíritus de demonios, que hacen maravillas; muchos de ellos, pretendiendo ser religiosos, trabajan para el Diablo, para llevar a esta humanidad al fratricidio mundial.

Y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas. Porque son espíritus de demonios, que hacen milagros, para ir a los reyes de la tierra y de todo el mundo, para congregarlos para la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso. He aquí, yo vengo como ladrón: Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su fealdad. Y los congregó en el lugar que en hebreo se llama Armagedón. Apocalipse 16:13-16.

Estos espíritus inmundos tienen la misión de crear el caos en el planeta Tierra para preparar la aparición del gobierno del Diablo, que vendrá como un ladrón.

El ladrón no viene sino para hurtar, y matar, y destruir las ovejas João 10:10.

Los espíritus inmundos de este que vendrá como ladrón están atormentando a los gobiernos, especialmente a los gobiernos de Rusia, China y sus coaliciones de países alineados.

Por su parte, Israel y Estados Unidos, con sus aliados, se preparan para el profetizado enfrentamiento.

Y están cayendo en esta trampa satánica, porque los espíritus inmundos de los religiosos están preparando la profecía de Ezequiel Ezequiel 38:1-23. Un complot del Diablo, para llevar a esta humanidad al caos.

La profecía dice:

Por tanto, profetiza, hijo de hombre, y di a Gog: Así dijo el Señor DIOS: En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habitará seguramente, ¿no lo sabrás tú? Y vendrás de tu lugar, de las partes del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo, gran compañía y poderoso ejército;
y subirás contra mi pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo de los días; y yo te traeré sobre mi tierra, para que los gentiles me conozcan, cuando fuere santificado en ti, oh Gog, delante de sus ojos.
Ezequiel 38:14-16.

Así, los espíritus inmundos tratan de transmitir la idea de que la guerra será un mal necesario, para que haya una manifestación de su divinidad.

Por lo tanto, lo profetizado en Ezequiel 38:1-23, sigue lo profetizado en Ezequiel 39:1-29.

Y haré notorio mi santo Nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré mancillar mi santo Nombre; y sabrán los gentiles que yo soy el SEÑOR, Santo en Israel.Ezequiel 39:7.

Sin embargo, el objetivo de la divinidad con esta guerra fratricida es la destrucción de la humanidad tal como la conocemos. Y, como consecuencia, la instalación del gobierno del Dragón (el Dios de Israel) en el planeta Tierra.

Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella los gentiles; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi un ángel que estaba dentro del sol, y clamó con gran voz, diciendo a todas las aves que volaban por medio del cielo: Venid, y congregaos a la cena del gran Dios, para que comáis carne de reyes, y de capitanes, y carne de fuertes, y carne de caballos, y de los que están sentados sobre ellos; y carne de todos libres y siervos, de pequeños y de grandes. Apocalipse 19:15-18.

Por lo tanto, el objetivo de los espíritus inmundos (Apocalipsis Apocalipse 16:13-16), actuando junto con los gobiernos del mundo es llevarlos a la guerra mundial de naciones. Y con la humanidad en caos, entregar el planeta Tierra al Dragón, en términos de Apocalipse 19:15-18.

Los espíritus inmundos transmiten la idea de que los israelitas, los Estados Unidos y sus aliados están bajo la protección de la deidad. Sin embargo, todo esto es un engaño descrito en Isaías Isaías 6:8-12 así:

Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo : Heme aquí, envíame a mí. Entonces dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.
Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda; ni se convierta, y haya para él sanidad.
Y yo dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas, y sin morador, ni hombre en las casas, y la tierra sea tornada en desierto; hasta que el SEÑOR quite lejos los hombres, y haya gran soledad en la tierra.
Isaías 6:8-12.

Por lo tanto, el propósito de este engaño de Isaías Isaías 6:8-12 es llevar a la destrucción de toda la humanidad.

Para esto, por un lado, las naciones del lejano norte, mencionadas en Ezequiel Ezequiel 38:1-23, están preparadas y motivadas por los espíritus inmundos, mencionados en Apocalipse 16:13-16; Lo que creó en estos gobiernos, la falsa idea de que con sus armas nucleares y sus enormes ejércitos, son invencibles.

Y el sexto ángel tocó la trompeta; y oí una voz de los cuatro cuernos del altar de oro, el cual está delante de los ojos de Dios; diciendo al sexto ángel que tenía la trompeta: Desata los cuatro ángeles que están atados en el gran río Eufrates.
Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban aparejados para la hora y el día y el mes y el año, para matar la tercera parte de los hombres. Y el número del ejército de los de a caballo era doscientos millones. Y oí el número de ellos.
Apocalipse 9:13-16.

Sin embargo, en el curso de los acontecimientos, todos verán que fueron engañados por el Maligno. Cuyo objetivo es instalar el infierno en la tierra, en estos términos ver:

Por tanto, esperadme, dijo el SEÑOR, el día que me levantaré al despojo; porque mi juicio es de coger los gentiles, juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi enojo, toda la ira de mi furor; porque del fuego de mi celo será consumida toda la tierra. Sofonias 3:8.

Cercano está el día grande del SEÑOR, cercano y muy presuroso; voz amarga del día del SEÑOR; gritará allí el valiente. Día de ira aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y de entenebrecimiento, Día de trompeta y de algazara, sobre las ciudades fuertes, y sobre las torres altas.
Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra el SEÑOR; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol. Ni su plata ni su oro los podrá librar en el día de la ira del SEÑOR; porque toda la tierra será consumida con el fuego de su celo; porque ciertamente consumación apresurada hará con todos los moradores de la tierra.
Sofonias 1:14-18.

Por lo tanto:

¡Ay de los que desean el día del SEÑOR! ¿Para qué queréis este día del SEÑOR? Será de tinieblas, y no de luz; como el que huye de delante del león, y se topa con el oso; o si entrare en casa y arrimare su mano a la pared, y le muerda la culebra. Amós 5:18,19.

Es decir, el Día del Señor es el tiempo del fin, reservado al Diablo, la serpiente original, para castigar con desgracias apocalípticas a toda la humanidad, sean israelitas o gentiles.

Por lo tanto, en este momento, los espíritus inmundos (Apocalipse 16:13-16) están promoviendo la guerra mundial de las naciones, junto con los gobiernos del mundo.

Y la consecuencia de esto será la ira generalizada de todas las naciones, en estos términos:

Y los gentiles se han airado, y tu ira es venida, y el tiempo de los muertos para que sean juzgados, y para que des el galardón a tus siervos los profetas, y a los santos, y a los que temen tu Nombre, a los pequeñitos y a los grandes, y para que destruyas los que destruyen la tierra. Apocalipse 11:18.

Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! Porque el diablo há descendido a vosotros, teniendo gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. Apocalipse 12:12.

Y dirás a la tierra de Israel: Así dijo el SEÑOR: He aquí, que yo estoy contra ti, y sacaré mi cuchillo de su vaina, y talaré de ti al justo y al impío. Y por cuanto talaré de ti al justo y al impío, por tanto, mi cuchillo saldrá de su vaina contra toda carne, desde el mediodía hasta el aquilón: y sabrá toda carne que yo, el SEÑOR, saqué mi cuchillo de su vaina; no lo envainaré más. Ezequiel 21:3-5.

Por lo tanto, el Día del Señor que los espíritus inmundos religiosos están promoviendo, será la experiencia del infierno, ya aquí en el planeta Tierra.

Y será que de luna nueva en luna nueva, y de sábado en sábado, vendrá toda carne a adorar delante de mí, dijo el SEÑOR. Y saldrán, y verán los cadáveres de los varones que se rebelaron contra mí, porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará; y serán abominables a toda carne. Isaías 66:23,24.

Y finalmente, el Dragón Creador declara:

Palabra del SEÑOR que fue a Sofonías hijo de Cusi, hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá. Destruiré del todo todas las cosas de sobre la faz de la tierra, dice el SEÑOR. Destruiré los hombres y las bestias; destruiré las aves del cielo, y los peces del mar, y los impíos tropezarán; y talaré a los hombres de sobre la faz de la tierra, dice el SEÑOR. Sofonias 1:1-3.

Y será en los días en que Jehová, el Dragón Todopoderoso esté gobernando el planeta desde Jerusalén, que vendrá el fin de nuestro planeta Tierra.

La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando el SEÑOR de los ejércitos reinare en el Monte de Sion, y en Jerusalén, y delante de sus ancianos fuere glorioso. Isaías 24:23.

Y miré cuando él hubo abierto el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como un saco de cilicio, y la luna fue hecha toda como sangre.
Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra; como la higuera echa sus higos cuando es movida de gran viento.
Y el cielo se apartó como un libro que es envuelto; y todo monte e islas fueron movidas de sus lugares.
Y los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las piedras de los montes;
y decían a los montes y a las piedras: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; porque el gran día de su ira es venido, ¿y quién podrá estar delante de él?
Apocalipse 6:12-17.

Pero que quede claro:

Jesús el Cristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreus 13:8.

Por lo tanto, Jesús nunca vendrá enojado para vengarse de la humanidad. Jesús sólo vendrá, en los días en que el planeta esté siendo destruído para llevarnos a su morada.

Por lo tanto, no hay ira del Cordero.

Y Jesús vendrá para llevarnos a su hogar, porque las estrellas del cielo caerán sobre el planeta Tierra y nuestro planeta dejará de existir. En estos términos:

Se quebrantará del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida.
Temblará la tierra vacilando como un borracho; y será removida como una choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará.
Isaías 24:19,20.

De esta manera, en el juicio final, la tierra con su cielo dejará de existir.

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos. Apocalipse 20:11.

En ese momento vendrá Jesucristo para sacarnos del poder del Todopoderoso, Creador, Dios de los vivos, el Gran Dragón, la Serpiente Antigua, también llamado Emperador de la Muerte, Pecado, Muerte, Satanás el Diablo.

Ahora hablemos del regreso de Jesucristo.

Sobre el regreso de Jesucristo, está profetizado:

Jesucristo nunca más volverá a pisar el planeta Tierra.

Y entonces enviará sus ángeles, y juntará sus escogidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo. Marcos 13:27; Mateus 24:31.

Los seres humanos nos encontraremos con el Señor Jesucristo en el aire.

Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de Arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en el Cristo resucitarán primero; luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, y juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 1 Tessalonicenses 4:16,17.

La venida del Señor Jesucristo se llevará a cabo en los días en que las estrellas del cielo caigan sobre el planeta Tierra.

Y luego, después de la tribulación de aquellos días, el sol se obscurecerá, y la luna no dará su lumbre, y las estrellas caerán del cielo, y las virtudes de los cielos serán conmovidas.
Y entonces se mostrará la señal del Hijo del hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del hombre que vendrá sobre las nubes del cielo, con grande poder y gloria.
Mateus 24:29,30. Marcos 13:24-26.

El regreso de Jesucristo será tan rápido y visible como un rayo.

Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del hombre. Mateus 24:27.

Será como abrir y cerrar un ojo.

En un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta; porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción; mas nosotros seremos transformados. 1 Coríntios 15:52.

Por lo tanto, será en el momento del regreso de Jesucristo cuando los muertos resucitarán y los vivos serán transformados y arrebatados.

Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de Arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en el Cristo resucitarán primero; luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, y juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 1 Tessalonicenses 4:16,17.

De esta manera, la tercera guerra mundial de naciones, que los gobiernos, engañados por espíritus inmundos (Apocalipse 16:13-16), están promoviendo para instalar el gobierno visible del Diablo en el planeta Tierra, es sólo el comienzo del dolor.

Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares.
Y todas estas cosas, principio de dolores.
Mateus 24:7,8. Marcos 13:8.

Del conjunto de profecías, no cabe duda, Jesucristo sólo regresará, para llevarnos a su hogar, en los días en que este planeta Tierra esté siendo destruido por las estrellas celestiales.

Sobre este momento lea nuestras revelaciones:

https://revelaespiritosanto.blogspot.com/2023/01/la-venganza-del-dios-de-los-vivos-en-13.html

https://livrodoespiritosanto.webnode.com.br/capitulo-7-espanol/

Por eso Jesucristo dice:

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a juicio, mas pasó de muerte a vida. João 5:24.

Con el regreso de Jesucristo, será nuestra Redención; seguido del Juicio Final, en estos términos:

Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado sobre él, de delante del cual huyó la tierra y el cielo; y no fue hallado el lugar de ellos. Y vi los muertos, grandes y pequeños, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar dio los muertos que estaban en él; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos; y fue hecho juicio de cada uno según sus obras. Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida, fue lanzado en el lago de fuego. Apocalipse 20:11-15.

A los cristianos auténticos (Apocalipsis Apocalipse 12:11), Jesucristo nos asegur:

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la Casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho; porque voy a aparejaros el lugar.
Y si me fuere, y os aparejare el lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
João 14:1-3.

Como puede ver, la Historia Sagrada no es un misterio como lo hace parecer la religión.

La religión, durante la historia de la humanidad, no ha querido ni quiere enfrentarse a nuestra realidad. Saber: El Creador de los mortales no es el Padre Celestial. Pero Él es indudablemente el Dios de los vivos, desde la fundación del mundo perecedero.

Entonces, considerando todo lo que Jesús nos guió sobre la muerte segunda, el infierno,  el mundo creado por el gran Dragón, al ser perecedero, dejará de existir. Y como todo vino del bien, volverá al bien.

Pero entonces, ¿qué pasa con la cuestión del infierno?

Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Y serán reunidas delante de él todas las naciones; y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los que estarán a su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui huésped, y me recogisteis;
desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos? ¿O sediento, y te dimos de beber?
¿Y cuándo te vimos huésped, y te recogimos? ¿O desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los que estarán a la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y para sus ángeles; porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui huésped, y no me recogisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o huésped, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos pequeñitos, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna.
Mateus 25:31-46.

Para meditar en esta parábola, debes recordar que Dios Padre Celestial murió en este mundo crucificado, en la persona de Jesucristo, para librarnos del infierno.

Entonces, seguramente, el infierno es una realidad terrible, de sufrimiento indescriptible, reservada a todo ser que niegue el amor del Padre Celestial.

Porque de la manera que en Adán todos mueren, así también en el Cristo todos serán vivificados. Mas cada uno en su orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.
Luego el fin; cuando entregará el Reino al Dios y al Padre, cuando quitará todo imperio, y toda potencia y potestad.
Porque es necesario que él reine, hasta poner a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será deshecho, será la muerte.
1 Coríntios 15:22-26.

Por tanto, los que no se rediman con Jesucristo serán llevados al infierno, para ser atormentados por el gran Dragón, la Muerte.

Sin embargo, en 1 Coríntios 15:22-26 vimos que habrá un final para la Muerte.

La muerte es el nombre del gran Dragón, el Diablo.

Entonces, si habrá un final para la Muerte, significa que aunque las palabras de la Sagrada Escritura hablen de un infierno eterno. Sin embargo, como la Muerte y el infierno van juntos, después del juicio final y el infierno, que parecerá eterno, todo y todos volverán a la estabilidad del amor de Dios Padre, en la casa celestial.

Por lo tanto, el Juicio Final es un resultado del Juicio Inicial, pero basado en el testimonio del amor de Dios Padre Celestial, no puede ser la solución final. La solución final es que todos los seres que sienten dolor, sufrimiento y conocen la muerte regresen a la casa del Padre, como en la parábola del hijo pródigo. Y el último en regresar será el Dragón, el creador de la muerte, la Muerte, quien fue el primero en abandonar el hogar celestial.

Así, cuando se habla del infierno, se habla de una etapa posterior a la vida física, que ciertamente hará arrepentirse a todo ser que la sufre. Pero no hay manera de ser eterno. Incluso si la palabra lo dice. No puede, porque entonces todo el sufrimiento de Jesucristo, para probar el amor del Padre Celestial, hubiera sido en vano.

Pues bien, estad atentos, la muerte de Jesús Crucificado es la prueba total, que habrá el juicio final y la separación de los que oyeron y siguieron al Señor Jesucristo; de los que oyen y siguen al Dragón Mateus 13:47-51.

Por lo tanto, Jesús murió al ser crucificado para demostrar el amor que Dios, el Padre Celestial, nos tiene; y la urgente necesidad que tenemos de no ir con el Dragón, el Diablo, a la muerte segunda. Porque si vamos al infierno, la muerte segunda, estaremos completamente en manos del Diablo para ejercer sobre nosotros toda la venganza jurada por él, en inconmensurable ira, sufrimiento y dolor.

Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echarán en el horno de fuego. Allí será el lloro y el crujir de dientes. Mateus 13:49,50.

La profecía Apocalipse 13:4-10 dice que la mayoría de los seres humanos, ya sean judíos o gentiles, adorarán al Dragón ya la Bestia. Y lamentablemente esos irán a la segunda muerte, el infierno. Espero que ustedes, como yo, estén entre los que han escrito sus nombres en el Libro de la Vida del Cordero.

Por qué y aquellos cristianos que escribieron sus nombres en el Libro de la Vida del Cordero, vencieron al Dragón, por la sangre del Cordero Jesucristo, por la palabra de su testimonio, y prefirieron morir antes que matar a sus semejantes. Apocalipsis  Apocalipse 12:11.

Nosotros sabemos que somos pasados de muerte a vida, en que amamos a los Hermanos. El que no ama a su Hermano, permanece en muerte. 1 João 3:14.

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a juicio, mas pasó de muerte a vida. João 5:24.

Y sacándolos fuera, les dice: Señores, ¿qué es necesario que yo haga para ser salvo? Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesús, el Cristo, y serás salvo tú, y tu casa. Atos 16:30,31.

Invitamos a quienes quieran conocer mejor las revelaciones del Espíritu Santo de la Verdad, el Espíritu Santo de Jesucristo, a leer nuestras revelaciones:

https://revelaespiritosanto.blogspot.com/2023/01/la-venganza-del-dios-de-los-vivos-en-13.html

https://livrodoespiritosanto.webnode.com.br/capitulo-7-espanol/

En Jesucristo, gracia y paz.

DEL ESPÍRITU SANTO DE LA VERDAD:

https://martins211.blogspot.com/2024/04/del-espiritu-santo-de-la-verdad.html

PALABRA DEL ESPÍRITU SANTO DE JESUCRISTO.

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LA HISTORIA SAGRADA SIN MISTERIO.

https://joaojoaquimm.blogspot.com/2023/04/historia-sagrada-sin-ministerio.html

LA VENGANZA DEL DIOS VIVIENTE - PRIMERA PARTE

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UNA COSA HORRIBLE ES CAER EN LAS MANOS DEL DIOS VIVIENTE. HEBREOS 10:31

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CRISTIANO, ES EL MOMENTO DE LA VERDAD

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INFIERNO EN EL PLANETA TIERRA

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AFIRMACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO DE LA VERDAD

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LA CARTA DE LA VERDAD DEL ESPÍRITU SANTO A LOS PROFETAS DEL TIEMPO DEL FIN

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MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO JOÃO 18:36

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¿QUIÉN QUIERE ADORAR AL DIABLO? (Apocalipse 13:4-10)

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EL ESPÍRITU SANTO DE LA VERDAD CONTINÚA SU REVELACIÓN

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¡EL GRITO DE LA ATALAYA!

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LA INUNDACIÓN DE FUEGO

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INSTRUCCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO DE LA VERDAD, A LOS SERES HUMANOS, EN ESPECIAL A LOS CRISTIANOS, QUE SOPORTARÁN LA GRAN TRIBULACIÓN.

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INSTRUCCIONES DEL ESPÍRITU SANTO DE LA VERDAD, A LOS SERES HUMANOS, EN ESPECIAL A LOS CRISTIANOS, QUE VIVIRÁN EN LA GRAN TRIBULACIÓN (segunda parte)

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EL PROPÓSITO DEL LIBRO DE ISAÍAS Y APOCALIPSIS ES CEGAR EL ENTENDIMIENTO DE LOS SERES HUMANOS

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LA SEDUCCIÓN DEL DIABLO

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DECISIÓN FINAL: VIDA CON JESUCRISTO O MUERTE CON JEHOVÁ

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JONAS, EL AVISO FINAL DE DIOS PADRE

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ALERTA MUNDIAL - EL DIOS DE LAS RELIGIONES MUNDIALES ESTÁ DE VUELTA Y VA MARTAR A TODOS!

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JESUCRISTO ES LA VERDAD ABSOLUTA DEL PADRE

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LA OPERACION DEL ERROR Y LA EXTERMINACIÓN DE LA VIDA EN EL PLANETA TIERRA

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LA REDENCIÓN - NUESTRA SALVACIÓN A TRAVÉS DE JESUCRISTO

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EL HOLOCAUSTO FINAL Y LA ÚLTIMA PASCUA

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EL ARMAGEDÓN

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CARTA ABIERTA A LOS SANTOS DEL ALTÍSSIMO

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